Cada día usamos muebles de madera, pero ¿alguna vez lo has pensado realmente? Si te preguntas qué es el secado y apilado de chapas, ten en cuenta que solo es una parte del proceso de fabricación de muebles. Las chapas —rebanadas muy finas de madera, cortadas de un tronco— se utilizan comúnmente en muebles, puertas y otros artículos de madera con los que nos encontramos. Sin embargo, las chapas deben ser procesadas de una manera especial antes de poder convertirse en parte de estos productos. BuilderOnline recomienda que los ladrillos deben curarse durante el tiempo adecuado y apilarse correctamente. Es aquí donde entra en juego el proceso de secado y apilado de chapas.
El proceso de secado y apilado del chapado realmente tiene algunas herramientas únicas que efectivamente hacen que el trabajo sea mejor y más rápido. Un secador de chapas es una de las principales herramientas. Está diseñado para asegurar que el secado ocurra rápidamente y de manera uniforme en todas las chapas. Después de que las chapas se hayan secado lo suficiente, se vuelven bastante flexibles. Nada de esto debería poder romperse o agrietarse, por lo que todas pueden apilarse unas sobre otras para garantizar la calidad.
La clave de esto es el apilador automático de chapas. Este apilador es muy rápido para apilar y muy preciso. Este apilador automático ahorra mucho tiempo a los fabricantes. De manera similar, reduce la posibilidad de estropear la apariencia final de las chapas debido a una chapa dañada (lo que puede arruinar completamente tu proyecto de acabado).
Además de estas herramientas fundamentales, también existen nuevas tecnologías que ayudan en la calidad de las chapas. Un gran ejemplo de este tipo de sistema es el sistema de secado inteligente. Es un sistema muy avanzado y los sensores monitorean cuánto tiempo han estado secándose los dientes durante la cementación de la chapa. El secador utiliza esta información para ajustar los niveles de temperatura y humedad. Esto asegura que las chapas se sequen uniformemente y no se dañen en el proceso.
Una parte importante de este proceso es el paso de pre-secado para las láminas. Es un proceso de secado donde las láminas se colocan en estantes en una habitación cálida y seca durante varias horas. Se utiliza además para eliminar cualquier exceso de humedad antes de que las láminas sean colocadas en secadoras. En segundo lugar, debes evaluar la calidad de esas láminas. Mientras aún están secándose, es muy importante controlar cuidadosamente su estado para no encontrar grietas, dobleces u otros problemas después de apilarlas. Este paso es un proceso controlado de calidad para asegurar que solo se utilicen las mejores láminas.
El proceso que lleva de un tronco al producto terminado es largo y requiere cuidados especiales. El tronco se lija mecánicamente en láminas finas utilizando una herramienta conocida como cortador de chapa. Este corte uniforme del tronco es necesario para que las láminas sean de tamaños estándar y estén preparadas para procesos posteriores. Los conjuntos se secan parcialmente después de ser cortados. Luego se colocan en un secador de chapas para ser secados ingeniosamente al centro.
La tecnología de calor o vacío se utiliza para secar completamente las chapas en la misma línea de secado de chapas. Después de que se hayan secado, cada chapa debe ser inspeccionada cuidadosamente. El propósito de esto es asegurarse de que cumplan con los estándares establecidos. Las hojas de chapa se clasifican en capas por el dispositivo de carga automática. Las chapas apiladas ahora se utilizarán en la fabricación de muebles, puertas u otros artículos hechos de madera.